Según varias ONG cerca de trescientos bebés desaparecieron en Kharkov al este del país, nada más nacer, entre 2001 y 2003. La explicación que el personal hospitalario da a los padres es que su bebé ha muerto. La ley ucraniana no obliga a mostrar los cuerpos.
Ruth-Gaby Vermot-Mangold, diputada socialista suiza en el Consejo de Europa propone que "un grupo de expertos extranjeros ayude a las autoridades ucraninas a practicar análisis de ADN, para que los padres recuperen la confianza".
En las autoridades ucranianas Svetlana no tiene ninguna. Jamás vió el cuerpo de su hijo nacido en 2002. Jelena y Dimitri, no han podido realizar aún las pruebas de ADN del bebé que según les dijeron había fallecido, pese a que el parto fue normal. Adopciones ilegales o tráfico de órganos, estas son las dos hipótesis que barajan las ONG. El Consejo de Europa, al que Ucrania pertenece desde 1995, ha exigido la apertura de una investigación sobre este asunto.
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