14 mayo, 2000

TRAFICO EN MÉXICO, COMPRA VENTA DE RIÑONES


EL MUNDO periodico

TRAFICO DE ORGANOS

RAFAEL MATESANZ

La compraventa de riñones

El tráfico de órganos ha estado rodeado de leyendas, pero es una cruel realidad, una forma más de la explotación del hombre por el hombre, explica el autor, que pone como ejemplo el reportaje de EL MUNDO TV Vampiros de órganos.

El último cuarto del siglo XX ha contribuido a la historia de los horrores de la humanidad con una nueva forma de explotación del hombre por el hombre: el tráfico de órganos. En realidad, la compraventa de parte del cuerpo humano a cambio de dinero u otra forma de pago más sutil, tan sólo plantea unas diferencias de matiz (que no de fondo) con lacras seculares de la Humanidad como la esclavitud o la explotación sexual en cualquiera de sus formas.

Más sofisticado, sin duda, pero en el fondo con una base muy primaria: Quien tiene poder o dinero puede acabar obteniendo de los que no lo tienen hasta lo más íntimo para su provecho, su placer o para asegurar su salud. No es ajeno a este panorama el hecho, no por más repetido menos dramático, de que el 20% de la humanidad disponga del 80% de los recursos del planeta, y viceversa. La dialéctica norte-sur condiciona inexorablemente todos los aspectos de la vida cotidiana en el mundo y este de los trasplantes no podía ser menos.

Bajo el nombre genérico de tráfico de órganos se agrupan, junto con una serie de hechos perfectamente demostrados y ampliamente extendidos por casi todo el mundo, como la compraventa de riñones (y en el futuro de fragmentos de hígado y pulmón) o situaciones aberrantes e igualmente probadas como la utilización de órganos de ejecutados en China, una profusa serie de rumores nunca demostrados, ficciones y mitos urbanos (el robo de riñones, el rapto de niños, etc) que, en general, no resisten la mas mínima crítica.

El espléndido reportaje realizado recientemente por reporteros de EL MUNDO TV en México D.F., con evidente riesgo de sus vidas, no hace sino sacar a la luz un fenómeno prácticamente universal, si exceptuamos los países de la Unión Europea (aunque no sus ciudadanos) y poco más. En modo alguno se trata de casos aislados y aunque por las características del problema no sea posible cuantificarlo, son muchos miles en todo el mundo los riñones que han sido comprados bajo muy diversas formas y procedimientos.

Ha sido un fenómeno frecuente en la India (donde se llegó a decir que algunos pueblos cercanos a Bombay y Calcuta podían llegar a quedar casi todos los habitantes con un solo riñón), medio y extremo Oriente (donde los casos de Filipinas y Tailandia han saltado a la opinión pública), algunos de los países de la antigua Unión Soviética y también de América Latina.

De igual manera, en no pocos hospitales del llamado «primer mundo» se admite con sorprendente facilidad la aparición de personas sin vínculo anterior conocido con el enfermo, que contra toda lógica afirman quererle donar voluntariamente uno de sus riñones.

Se han llegado a describir en revistas científicas las desgraciadas experiencias de no pocos pacientes italianos que tras acudir a comprar un riñón a la India volvieron con o sin el órgano, pero con complicaciones de todo tipo (como el sida, hepatitis B y C, etc) como consecuencia de las nulas garantías sanitarias con las que se los trasplantaron.

Experiencias similares para centroeuropeos o japoneses en Extremo Oriente dibujan unas rutas macabras en las que necesariamente tiene que haber los suficientes actores involucrados como para que su persecución dejara de ser una entelequia.

Por si fueran pocas las desdichadas consecuencias de este estado de cosas, se conoce como «efecto Panorama» (por una experiencia negativa de este famoso programa de la BBC) al deterioro de la donación altruista de órganos tras las polémicas generadas por noticias negativas sobre los trasplantes. Son varios los países que han sufrido esta amarga experiencia y han visto caer sus tasas de donación tras escándalos similares.

Incluso España sufrió este «efecto Panorama», aunque afortunadamente pasajero, hace ahora 4 años. Sucedió que de una forma irresponsable se procedió a premiar y difundir ampliamente una serie de reportajes brasileños sobre rapto de niños para tráfico de órganos, que no eran sino invenciones y leyendas urbanas y que no resistíanla mas mínima crítica. Hasta el Gobierno de Estados Unidos hizo una protesta oficial porque entre otras cosas, los malentendidos derivados de estos bulos han motivado ya el linchamiento de varios ciudadanos extranjeros en países como Guatemala. Todo muy edificante, como puede apreciarse.

Además de rasgarse las vestiduras, los países desarrollados deberían plantearse que, como ocurre con la droga o con el turismo sexual, hay gente que vende (pobre o de países pobres), fundamentalmente porque hay gente que compra (ricos o de países ricos). Si algo ha demostrado sin lugar a dudas el «modelo español» desarrollado por la Organización Nacional de Trasplantes, es que la donación altruista de órganos no cae del cielo y puede ser impulsada mediante una serie de acciones muy concretas y perfectamente definidas hasta alcanzar los niveles más altos del mundo, que triplican ya a los de países como Alemania y que son la mejor vacuna para este tipo de conductas delictivas.

El Consejo de Europa ha hecho suya recientemente esta filosofía al aprobar el llamado «Documento Europeo de Consenso», claramente basado en nuestro sistema, que si fuera desarrollado por los países interesados realmente en solucionar el problema, empezaría a cambiar significativamente la situación actual. De igual manera, sería necesaria una decidida voluntad de cooperación internacional que extendiera la consideración legal de actividad delictiva para la compraventa de riñones desde el ámbito territorial de los distintos estados, hasta aquellos de sus ciudadanos que vayan a conseguirlos de forma ilícita fuera de sus fronteras.

Si ello ocurriera, como de hecho ya está empezando a suceder para con los delitos de prostitución infantil, se estarían empezando a poner los cimientos de una verdadera lucha contra esta lacra de la humanidad.

Rafael Matesanz es nefrólogo, presidente de la Comisión de Trasplantes del Consejo de Europa y director general de Insalud.


09 mayo, 2000

MEXICO / TRAS LA DENUNCIA RECOGIDA

TRAS LA DENUNCIA RECOGIDA EN EL REPORTAJE DE EL MUNDO TV EMITIDO POR ANTENA 3

Las autoridades investigarán el tráfico de órganos

VERONICA SANZ. Especial para EL MUNDO

MEXICO D.F.- Las autoridades mexicanas han abierto una investigación en relación a la red de tráfico de órganos desenmascarada por EL MUNDO TV en un reportaje que anoche se emitió en Antena 3.

Se ha iniciado una investigación y se han puesto en marcha acciones policiales contra las personas presuntamente implicadas en esta red», confirmaba ayer a este diario Jorge García Villalobos, representante de la Procuraduría General de México para la costa oeste de Estados Unidos. «Estamos a la espera de recabar las pruebas oportunas para iniciar las acciones judiciales». En ese sentido, EL MUNDO TV remitió ayer por la tarde, horas antes de la emisión del documental en cuestión, una copia de la cinta de Vampiros de órganos a José Luis Cervantes, delegado en España de la Procuraduría General de México.

Por otra parte, la organización internacional Casa Alianza, cuya sede para América Latina se ubica en San José de Costa Rica, ha denunciado también ante las autoridades mexicanas la existencia de una red de tráfico de órganos que opera en las cercanías de la capital. Según publicaba ayer el diario mexicano La Jornada, uno de los más prestigiosos del país, Casa Alianza envió el pasado 5 de mayo un documento a la Fiscalía mexicana en la que se solicitaba la investigación de una organización de tráfico de órganos dirigida por un falso sacerdote que tenía un albergue para niños de la calle en Ecatepec, en el estado de México.

Fuentes de la Fiscalía consultadas por EL MUNDO, aseguraron sin embargo no tener ninguna información al respecto. «Nosotros no hemos tenido ninguna denuncia oficial, no tenemos ningún conocimiento. Nos gustaría saber de dónde ha sacado Casa Alianza su información», declaró el portavoz de la Fiscalía del estado, Eliseo Lugo Plata.

En declaraciones publicadas por La Jornada, el director para América Latina de Casa Alianza, Bruce Harris, manifestó su preocupación «por lo que parece que es un lugar de niños, donde los tenían aparentemente bajo llave y potencialmente como donadores no voluntarios de órganos».

«Nuestro principal interés es que se investigue el caso, porque son los niños y las niñas de la calle los que corren el riesgo de la explotación en la forma más inhumana y cruel, porque no tienen quién los proteja, ni siquiera las autoridades», añadió Harris.

La supuesta red de tráfico de órganos estaría dirigida por el falso sacerdote Martín Rubio, quien según la investigación de EL MUNDO TV, cobra 900.000 dólares (unos 150 millones de pesetas) por conseguir un riñón para ser trasplantado.

El diario mexicano explica que el pasado fin de semana intentó localizar a Rubio en la casa de Ecatepec pero que la encargada del albergue manifestó: «El padre no está desde hace dos o tres meses». Según los vecinos consultados por La Jornada, Martín era un hombre amable y carismático, que solía pasear por el barrio en compañía de los muchachos y acudía habitualmente a la parroquia local.