18 diciembre, 2004

Una española denuncia el tráfico de órganos en Mozambique

La hermana Juliana Calvo recibirá el premio Mundo Negro a la Fraternidad el próximo 6 de noviembre

David contra Goliat. El convento de clausura Mater Dei de las Siervas de María en Nampula (Mozambique) se ha convertido en el aguijón de las conciencias de traficantes y autoridades políticas. Sus vidas están tasadas en 3.000 euros, pero la hermana Juliana no tiene miedo. "Dios da a cada uno la fuerza que necesita", señala con una sonrisa pacífica que hiela el alma

El próximo 6 de noviembre, la hermana Juliana Calvo recibirá el premio Mundo Negro a la Fraternidad que todos los años otorgan los misioneros combonianos. Ella es la protagonista de una batalla contra el creciente tráfico de órganos en Nampula. En esta región mozambiqueña, el "tráfico" se ha convertido en un creciente negocio. La vida no vale nada y la población autóctona recela de los blancos. Con razón. Más de 1.000 personas desaparecen o son sacrificadas anualmente. Los caminos se han vuelto inseguros y la población autóctona tiene miedo.

La extracción de órganos vitales es ya una larga tradición en Nampula. En el acto de investidura de los reyes locales -todavía existentes- se manda sacrificar a un enemigo. Tras el sacrificio, el rey se siente sobre la cabeza del sacrificado en muestra de autoridad. A estos ritos hay que sumar la tradición de los comerciantes árabes e hindúes emigrados a Mozambique, que arrancar corazones latientes para colocarlo en las paredes de sus casas. Según su sangrienta tradición, el "gesto" da buena suerte en los negocios.

Agreguen a este cóctel los ritos satánicos y la magia negra, que también existen. Todo ello en un país sin medios de transporte público, sin infraestructuras, sin modos de vida para los varones, sin más futuro para las viudas que la prostitución, con un enorme déficit de educación, con una corrupción generalizada y donde las calificaciones de la escuela se compran en dinero o cuerpo. El fin del mundo para las cuatro españolas entregadas al servicio a los demás en Nampula.

Querían misionar y atravesaron la independencia de Portugal, el comunismo, la miseria y las dificultades. Entre ellas, la escalada de tráfico de órganos, que despega en el 2002. Las hermanas escuchan noticias, leen en el periódico, pero continúan su labor de oración y asistencia social. Se sienten incapaces de hacer nada al respecto. Hasta que en el 12 de octubre de 2002, las monjas del Mater Dei tuvieron conocimiento directo del caso Sarima, una niña de 12 años, vendedora de plátanos.

Un hombre le ofreció comprar toda su mercancía. Al día siguiente su cuerpo apareció muerto cerca de la huerta del convento, vaciada de sus órganos vitales y arrancados los ojos. El concejal de la aldea mandó cavar y enterrar el cuerpo de Sarima. La policía exigió 12 euros -una fortuna para las familias mozambiqueñas- si querían emprender la investigación. Obviamente los padres optaron por llevar el cuerpo al su cementerio familiar.

Al poco tiempo, las hermanas tuvieron conocimiento de la existencia de Félix Mario, un chaval que estuvo retenido en la casa vecina al convento durante tres semanas. Su dueño -conocido en la comarca como "el blanco"- lo había "comprado" por 3.000 dólares. "Si quieres ser rico no hace falta que estudies ni que trabajes. Basta con que me busques un niño", le dijo el "blanco" a Dionisio, un pobre hombre sin oficio ni beneficio. Dionisio se lo llevó y cobró. Pero Félix consiguió escapar. Las monjas pelearon para que se hiciera justicia, pero el comandante provincial resultó ser amante de la hermana de Dionisio y el Fiscal General mandó cerrar el caso.

Probablemente Félix estaba en una "casa de engorde". Sor Juliana tiene constancia de al menos dos de estas casas donde se retiene a niños, se les da de comer y de jugar y finalmente se les lleva a sacrificar. "O bien trafican los órganos, o bien las personas", señala sor Juliana, que apunta al hospital de trasplantes de Durban (Sudáfrica) como el lugar donde seguramente acaban estos niños. "Es una red internacional muy bien organizada. Las extracciones de órganos son técnicamente muy buenas. Y Si algún niño logra escapar del engordadero, desmantelan la casa en menos de 24 horas", señala.

Las sospechas sobre el "blanco" saltaron el 27 de octubre de 2002. El policía Saimone -que protege el convento desde que en 1992 la embajada española interviniese para garantizar su seguridad- regresaba a su puesto de vigilancia en bicicleta. Al pasar por la finca vecina, los perros se le echaron encima. El se protegió con su bicicleta y pidió ayuda, pero el "blanco" comenzó a zarandearlo humillándolo. Finalmente otros dos policías consiguieron salvarlo, pero nuevamente el caso quedó impune.

Desde entonces el Mater Dei ha tenido información sobre cadáveres vaciados, aparición de ropas ensangrentadas y niños desaparecidos en las inmediaciones de la finca del "blanco". A finales de 2003 denunciaron a las autoridades de Nampula la desaparición de más de 100 niños y adolescentes así como el hallazgo de fosas comunes de niños vaciados de órganos. La fiscalía les dice que están investigando, pero las muertes y desapariciones se suceden y la policía "tapa" literalmente los cadáveres sin realizar investigación alguna. “Hay gente grande que financia las campañas electorales de los gobiernos y que impide la investigación”, sostiene sor Juliana. ¿Lo ultimo? El pasado 28 de septiembre fueron descubiertos esqueletos humanos en el río Muenedzi, en la ciudad de Chimoio. Unos más, porque todos los agricultores descubren habitualmente esqueletos en sus campos de labranza y no lo denuncian por miedo.

Pero ellas no callan y gritan a los cuatro vientos que el tráfico existe y crece. Siguen denunciando los casos que conocen, “aunque sea como darle patadas a una montaña, nunca se mueve". Tras las 258.000 firmas recogidas por la orden en todo el mundo, la ONU y el Parlamento Europeo propusieron enviar una Comisión de Investigación que fue rechazada por el gobierno: "De momento no es necesario".

Sin embargo, el 5 de agosto de 2004 ya se conoció el 2º informe del Fiscal General, Joaquim Madeira. Se reconoce más de una decena de casos de tráfico en el 2003, aunque opta por no dar nombres en virtud de la "ética profesional". Sí cita en cambio de la brasileña Elilda dos Santos, una a la seglar consagrada que vivió y compartió con el Mater Dei la denuncia del “tráfico”. Elilda regresó a Brasil porque no soportó las presiones de las autoridades mozambiqueños y desesperó ante el freno gubernamental de las investigaciones.

Pero las hermanas no pierden la esperanza, porque como afirma Juliana, "cuanto más cerca se está de Dios, más sensible se es a los problemas que te rodean". Quizás por eso, el Mater Dei -conocido como el pulmón espiritual de la diócesis- ha sido la única voz que ha clamado en el desierto. Ni la Asociación por los Derechos Humanos, ni los conventos vecinos, ni la nunciatura apostólica ha tenido la "fuerza de Dios" para denunciar los atropellos en Mozambique. Y lo seguirán haciendo. No temen a las amenazas de muerte que se llevaron la vida de la misionera luterana brasileña, Doraci Edinger, el pasado 23 de febrero. Porque sólo temen a Dios y realmente viven de El.

"En Europa empezaría por la Iglesia"

La hermana Juliana es una mujer de una fuerza vital y una paz de espíritu que impresiona. Y Ud, ¿qué batallas daría si estuviera en España?, le pregunto. "Yo empezaría por la Iglesia, porque la veo demasiado acomodada, y una persona acomodada es una persona sin fuerza". Este es el diagnóstico de la prioridad para sor Juliana en su tierra natal: hacer despertar a la Iglesia, sembrar el verderaro espíritu apostólico, quemar las almas del fuego evangelizador. "La diplomacia no va muy bien con el Evangelio", señala. Sin ataduras, sin amarres, sin comodidades, sin esperar seguridad alguna. "Dios bendijo el sufrimiento, pero somos demasiado cerrados para verlo", apunta

No es retórica. Es el testimonio vivo de una mujer que trabaja sin descanso por los pobres, enfermos, huérfanos y viudas, que se quema ante la injusticia, que ha sufrido la metralleta a la espalda, el saqueo, la penuria, y el agotamiento. La madre Juliana sabe lo que el comunismo africano. Ha estado cercana a la muerte en varias ocasiones. Sabe lo que es el sufrimiento. A lo mejor por eso sonríe con paz

Por Luis Losada Pescador

En ALBA

15 diciembre, 2004

¿ TRÁFICO DE NIÑOS Y DE ÓRGANOS EN NAMPULA, MOZAMBIQUE?

¿ TRÁFICO DE NIÑOS Y DE ÓRGANOS EN NAMPULA, MOZAMBIQUE?

Mapa de Nampula y alrededores

El jueves, día 9 de diciembre, las CCP fuimos invitadas por el Comité Oscar Romero a asistir a la entrega del Primer Premio Oscar Romero a dos monjas aragonesas (María del Carmen y Palmira Calvo, turolenses), del monasterio Mater Dei de Nampula (Mozambique), de la Comunidad de Siervas de María, otorgado por la denuncia del posible tráfico de órganos y de niños y niñas adolescentes en Nampula. El premio fue recogido por la hermana María Juliana (Maria del Carmen), priora de esa comunidad, que estuvo acompañada por otra de sus hermanas, no sólo biológica sino también de fe, que vive en Japón.

Las dos monjas fueron a Mozambique en 1973, estableciéndose en Nampula, inicialmente en un terreno que les cedió una comunidad de combonianos, y con posterioridad en un monasterio -nacionalizado al obispado- que les cedió el gobierno. Desde entonces, tras diversos aconteceres políticos difíciles como la guerra por la independencia del país y la llegada del comunismo, vienen desarrollando sus tareas de contemplación -comunidad contemplativa, con las puertas abiertas a todos- y acompañamiento a las comunidades cristianas que han ido surgiendo (“iglesia viva, ministerial, las y los laicos asumen todo, menos la misa”), formación de monjas, trabajo en el campo y en los poblados cercanos, atención a pobres, enfermos, refugiados, viudas... y fundamentalmente acogida de niños y niñas huérfanos, más de 60 en el monasterio, además de atención a los meninos da rua que viven en las proximidades de la catedral de Nampula.

En estos momentos son 28 las monjas, tres españolas y el resto mozambiqueñas, además de una laica consagrada brasileña (Elilda dos Santos), que viven en el monasterio Mater Dei. Todas sus instalaciones son modestas, y las van construyendo entre todos: los muros del convento son de cañas del río, el edificio para acogida a los niños y niñas huérfanos es de adobe, la sala de la comunidad la constituye la sombra de los árboles..... Se financian con el cultivo de los campos que tienen en las aproximadamente 70 hectáreas que ocupa la finca así como con las ayudas que les proporcionan los vecinos. El monasterio se encuentra a unos 10 km de Nampula (300.000 habitantes), entre campos, minas de piedras preciosas y montañas, próximo a un aeródromo, y sus únicos vecinos son los poblados nativos, la comunidad comboniana y una finca donde viven una pareja de blancos (danesa e irlandés).

Esta “idílica misión” se ha convertido en una pesadilla desde 1996, pero especialmente desde el 2002. En el país, el último año y medio han sido denunciadas, casi siempre por los padres, más de 50 desapariciones de adolescentes de entre 12 y 15 años; durante el 2002 las monjas echaron de menos a unos 65 meninos de la rua, de los 80 que ellas alimentaban una vez al día y que ahora han desaparecido; los niños que quedan les dicen que “vino un señor, les propuso darles algo…, se fueron con él... “ y ya no han vuelto a verlos.

El 12 de octubre del 2002 un suceso conmovió a la comunidad religiosa y a toda la ciudad. Una niña de 12 años, Salima Iburano, estudiante en una escuela local, iba junto a una prima al centro de Nampula a vender bananas al mercado. Dos jóvenes negros se les acercaron y les ofrecieron comprar la fruta siempre y cuando las acompañasen a buscar el dinero. Salima fue con ellos y su prima no; nunca la volvieron a ver viva, ya que su cuerpo apareció al día siguiente, sin ojos, corazón ni riñones. A pesar de la denuncia, la policía se limitó a enterrar el cuerpo.

En febrero del 2003 aparecieron dos cadáveres en las inmediaciones del aeródromo, sin ojos ni órganos internos. En junio y julio encontraron restos de sangre en dos terrenos distintos, también en el camino que va hacia el monasterio, junto a unos libros escolares y ropa íntima femenina….También se habla de que hay casas donde se esconde a niños y niñas hasta trasladarlos a otros lugares.... El 15 de julio un joven, Dionisio Da Silva quiso vender a un menor, Félix Mario, por unos 3200 euros a los vecinos blancos; al darse cuenta de la noticia, los trabajadores de los “vecinos blancos” lo llevaron al monasterio y, todos juntos, a la policía. ¿Qué hizo la policía?.... Esto abrió los ojos a Elilda y a la hermana Juliana.

Con un coraje asombroso y un trabajo metódico, las Siervas de María fueron recopilando datos y denunciando la situación a los estamentos oficiales del país, a la Organización de Derechos Humanos, a Amnistía Internacional.... y a la jerarquía eclesial. Ellas sospechan que algo tendrán que ver esos vecinos blancos, instalados hace poco tiempo en la zona -unas 300 hectáreas de terreno- con intención de poner una granja de pollos que hoy no existe, porque han visto coches y avionetas volando por la noche en una zona abandonada del aeródromo, contigüa a la supuesta granja. La situación del convento -entre la finca donde son conducidas las víctimas y el aeródromo donde presuntamente se trasladan de noche las cajas con los órganos para sacarlos del país- les habría permitido reunir información sobre estos crímenes.Como era de esperar, las monjas han sido amenazadas y por el momento han escapado a varios intentos de agresión. Doraci Edinger, misionera luterana en Nampula, quien también había denunciado tráfico de órganos relacionados con niños, fue asesinada brutalmente a martillazos el 23 de febrero del 2003 en su propia casa; y Elilda, ha abandonado en mayo el país por no poder soportar el acoso y la persecución a la que ha sido sometida.

Sus denuncias están siendo investigadas por fín por la Procuraduría General de la República, cuyo máximo representante ha reconocido recientemente que existen indicios que parecen demostrar la existencia de tráfico de niños y de órganos en Mozambique (la primera vez que se pronunció al respecto dijo lo contrario). Las monjas acudieron directamente a él, tras comprobar que la policía no les ofrecía confianza suficiente (existe una gran corrupción por todo el país). También la jerarquía católica les apoya en su lucha; el arzobispo de Nampula ha emitido varios comunicados en los que denuncia la situación y pide que se investiguen los hechos.

La propia hermana Juliana contestó durante una hora a las preguntas del Parlamento Italiano respecto al tema. Diputados portugueses también han denunciado los hechos en el Parlamento Europeo, quien, tras las reuniones pertinentes, aprobó la concesión de una ayuda de 10.000 euros a Mozambique para potenciar la investigación policial y judicial. En España se han escrito varios artículos en periódicos (El País, El Mundo… ) y se han emitido algunos reportajes televisivos (TVE, TV5……).

Por supuesto, hay mucha gente que duda de sus palabras, que dice que no es posible utilizar los órganos para trasplante en esa situación tan precaria de medios y que lo único que quieren las monjas es “la tierra de sus vecinos blancos” o darse publicidad. Lo único cierto es que los niños y niñas ya no están vivos, el para qué hayan servido sus cuerpos o sus órganos (prostitución, cosmética, ceremonias satánicas…..) no importa.

La hermana Juliana y el padre Juan

A pesar de todo, los asesinatos y desapariciones aún no han sido resueltos. Por el momento, el único juicio que se ha celebrado es el del joven Dionisio Da Silva, acusado de intento de venta del menor Félix Mario, y condenado a 7 años de cárcel. Quedan pendientes todavía por juzgar varias denuncias, pero .... ¿Qué podemos hacer desde aquí? Lo más urgente, informarnos para conocer la situación con más detalle. Para ello se pueden consultar varias web ((www.hazteoir.org; www.meninosdenampula.org, www.eltestigofiel.com)), donde se pueden descargar diversos documentos y artículos de prensa. Además, se ha puesto en marcha una campaña de recogida de firmas para ir remitiendo periódicamente a las autoridades del país, que podéis obtener en la primera web.

Si hubiéseis estado allí, habríais comprobado que, por encima del dolor, la hermana Juliana irradiaba dulzura, alegría interior y sonrisas. Con qué paz contaba los hechos, con esa paz que sólo viene de su fuerte creencia en Dios, de su forma de ver la contemplación –mirar el mundo con los ojos de Dios, en sus palabras- y cómo manifestaba su firme decisión de volver allí en breve y seguir atendiendo a sus niños y a sus pobres y continuar las denuncias, que son las tareas que ahora Dios le ha puesto en su mano.

09 diciembre, 2004

¿ TRÁFICO DE NIÑOS Y DE ÓRGANOS EN NAMPULA, MOZAMBIQUE?

¿ TRÁFICO DE NIÑOS Y DE ÓRGANOS EN NAMPULA, MOZAMBIQUE?

fuente: http://ccparagon.pangea.org/mundoabierto/Mozambique.htm


Mapa de Nampula y alrededores

El jueves, día 9 de diciembre, las CCP fuimos invitadas por el Comité Oscar Romero a asistir a la entrega del Primer Premio Oscar Romero a dos monjas aragonesas (María del Carmen y Palmira Calvo, turolenses), del monasterio Mater Dei de Nampula (Mozambique), de la Comunidad de Siervas de María, otorgado por la denuncia del posible tráfico de órganos y de niños y niñas adolescentes en Nampula. El premio fue recogido por la hermana María Juliana (Maria del Carmen), priora de esa comunidad

Las dos monjas fueron a Mozambique en 1973, estableciéndose en Nampula, inicialmente en un terreno que les cedió una comunidad de combonianos, y con posterioridad en un monasterio -nacionalizado al obispado- que les cedió el gobierno. Desde entonces, tras diversos aconteceres políticos difíciles como la guerra por la independencia del país y la llegada del comunismo, vienen desarrollando sus tareas de contemplación -comunidad contemplativa, con las puertas abiertas a todos- y acompañamiento a las comunidades cristianas que han ido surgiendo (“iglesia viva, ministerial, las y los laicos asumen todo, menos la misa”), formación de monjas, trabajo en el campo y en los poblados cercanos, atención a pobres, enfermos, refugiados, viudas... y fundamentalmente acogida de niños y niñas huérfanos, más de 60 en el monasterio, además de atención a los meninos da rua que viven en las proximidades de la catedral de Nampula.

En estos momentos son 28 las monjas, tres españolas y el resto mozambiqueñas, además de una laica consagrada brasileña (Elilda dos Santos), que viven en el monasterio Mater Dei. Todas sus instalaciones son modestas, y las van construyendo entre todos: los muros del convento son de cañas del río, el edificio para acogida a los niños y niñas huérfanos es de adobe, la sala de la comunidad la constituye la sombra de los árboles..... Se financian con el cultivo de los campos que tienen en las aproximadamente 70 hectáreas que ocupa la finca así como con las ayudas que les proporcionan los vecinos. El monasterio se encuentra a unos 10 km de Nampula (300.000 habitantes), entre campos, minas de piedras preciosas y montañas, próximo a un aeródromo, y sus únicos vecinos son los poblados nativos, la comunidad comboniana y una finca donde viven una pareja de blancos (danesa e irlandés).

Esta “idílica misión” se ha convertido en una pesadilla desde 1996, pero especialmente desde el 2002. En el país, el último año y medio han sido denunciadas, casi siempre por los padres, más de 50 desapariciones de adolescentes de entre 12 y 15 años; durante el 2002 las monjas echaron de menos a unos 65 meninos de la rua, de los 80 que ellas alimentaban una vez al día y que ahora han desaparecido; los niños que quedan les dicen que “vino un señor, les propuso darles algo…, se fueron con él... “ y ya no han vuelto a verlos.

El 12 de octubre del 2002 un suceso conmovió a la comunidad religiosa y a toda la ciudad. Una niña de 12 años, Salima Iburano, estudiante en una escuela local, iba junto a una prima al centro de Nampula a vender bananas al mercado. Dos jóvenes negros se les acercaron y les ofrecieron comprar la fruta siempre y cuando las acompañasen a buscar el dinero. Salima fue con ellos y su prima no; nunca la volvieron a ver viva, ya que su cuerpo apareció al día siguiente, sin ojos, corazón ni riñones. A pesar de la denuncia, la policía se limitó a enterrar el cuerpo.

En febrero del 2003 aparecieron dos cadáveres en las inmediaciones del aeródromo, sin ojos ni órganos internos. En junio y julio encontraron restos de sangre en dos terrenos distintos, también en el camino que va hacia el monasterio, junto a unos libros escolares y ropa íntima femenina….También se habla de que hay casas donde se esconde a niños y niñas hasta trasladarlos a otros lugares.... El 15 de julio un joven, Dionisio Da Silva quiso vender a un menor, Félix Mario, por unos 3200 euros a los vecinos blancos; al darse cuenta de la noticia, los trabajadores de los “vecinos blancos” lo llevaron al monasterio y, todos juntos, a la policía. ¿Qué hizo la policía?.... Esto abrió los ojos a Elilda y a la hermana Juliana.

Con un coraje asombroso y un trabajo metódico, las Siervas de María fueron recopilando datos y denunciando la situación a los estamentos oficiales del país, a la Organización de Derechos Humanos, a Amnistía Internacional.... y a la jerarquía eclesial. Ellas sospechan que algo tendrán que ver esos vecinos blancos, instalados hace poco tiempo en la zona -unas 300 hectáreas de terreno- con intención de poner una granja de pollos que hoy no existe, porque han visto coches y avionetas volando por la noche en una zona abandonada del aeródromo, contigüa a la supuesta granja. La situación del convento -entre la finca donde son conducidas las víctimas y el aeródromo donde presuntamente se trasladan de noche las cajas con los órganos para sacarlos del país- les habría permitido reunir información sobre estos crímenes.Como era de esperar, las monjas han sido amenazadas y por el momento han escapado a varios intentos de agresión. Doraci Edinger, misionera luterana en Nampula, quien también había denunciado tráfico de órganos relacionados con niños, fue asesinada brutalmente a martillazos el 23 de febrero del 2003 en su propia casa; y Elilda, ha abandonado en mayo el país por no poder soportar el acoso y la persecución a la que ha sido sometida.

Sus denuncias están siendo investigadas por fín por la Procuraduría General de la República, cuyo máximo representante ha reconocido recientemente que existen indicios que parecen demostrar la existencia de tráfico de niños y de órganos en Mozambique (la primera vez que se pronunció al respecto dijo lo contrario). Las monjas acudieron directamente a él, tras comprobar que la policía no les ofrecía confianza suficiente (existe una gran corrupción por todo el país). También la jerarquía católica les apoya en su lucha; el arzobispo de Nampula ha emitido varios comunicados en los que denuncia la situación y pide que se investiguen los hechos.

La propia hermana Juliana contestó durante una hora a las preguntas del Parlamento Italiano respecto al tema. Diputados portugueses también han denunciado los hechos en el Parlamento Europeo, quien, tras las reuniones pertinentes, aprobó la concesión de una ayuda de 10.000 euros a Mozambique para potenciar la investigación policial y judicial. En España se han escrito varios artículos en periódicos (El País, El Mundo… ) y se han emitido algunos reportajes televisivos (TVE, TV5……).

Por supuesto, hay mucha gente que duda de sus palabras, que dice que no es posible utilizar los órganos para trasplante en esa situación tan precaria de medios y que lo único que quieren las monjas es “la tierra de sus vecinos blancos” o darse publicidad. Lo único cierto es que los niños y niñas ya no están vivos, el para qué hayan servido sus cuerpos o sus órganos (prostitución, cosmética, ceremonias satánicas…..) no importa.

A pesar de todo, los asesinatos y desapariciones aún no han sido resueltos. Por el momento, el único juicio que se ha celebrado es el del joven Dionisio Da Silva, acusado de intento de venta del menor Félix Mario, y condenado a 7 años de cárcel. Quedan pendientes todavía por juzgar varias denuncias, pero .... ¿Qué podemos hacer desde aquí? Lo más urgente, informarnos para conocer la situación con más detalle. Para ello se pueden consultar varias web ((www.hazteoir.org; www.meninosdenampula.org, www.eltestigofiel.com)), donde se pueden descargar diversos documentos y artículos de prensa. Además, se ha puesto en marcha una campaña de recogida de firmas para ir remitiendo periódicamente a las autoridades del país, que podéis obtener en la primera web.

Si hubiéseis estado allí, habríais comprobado que, por encima del dolor, la hermana Juliana irradiaba dulzura, alegría interior y sonrisas. Con qué paz contaba los hechos, con esa paz que sólo viene de su fuerte creencia en Dios, de su forma de ver la contemplación –mirar el mundo con los ojos de Dios, en sus palabras- y cómo manifestaba su firme decisión de volver allí en breve y seguir atendiendo a sus niños y a sus pobres y continuar las denuncias, que son las tareas que ahora Dios le ha puesto en su mano.

06 diciembre, 2004

Los nuevos negocios internacionales: Trata de personas y óvulos en Colombia

Al lado de la trata de hombres, mujeres y niños/as, está apareciendo en el país el tráfico de óvulos para la venta.

Entre 45 mil y 50 mil mujeres, hombres y niños colombianos ejercen la prostitución en el mundo, según informaciones del ‘Departamento Administrativo de Seguridad’ (DAS). En Colombia las redes de ese tráfico han llevado a ejercer ese oficio a ciudadanos de este país en América Latina, Europa y Asia. Según la misma fuente, en España se considera que hay cerca de ocho mil mujeres colombianas dedicadas a la prostitución de manera forzada.

En los departamentos de Caldas, Risaralda y Quindío, en el centro oeste de Colombia, es en donde se registran más casos y denuncias sobre este delito. Después de dichos departamentos, los más afectados según las estadísticas de 2003 son el Valle del Cauca (suroeste) y Antioquia (noroeste), seguidos por Bogotá.

Según investigaciones del 'grupo Humanitas' de la Policía, los traficantes son, en su mayoría, proxenetas reconocidos en las principales ciudades del país que reclutan mujeres entre 14 y 34 años de edad, necesitadas de dinero.

Entre las nuevas formas de trata que han aparecido en el país, hay también el tráfico de óvulos. Según una noticia reportada en El Colombiano (29 de julio de 2003), "cientos de mujeres colombianas se enfrentan, a diario, a la promesa de una remuneración económica por dejarse extraer los óvulos". Así que al mercado negro del tráfico de órganos se suma la comercialización de las células sexuales femeninas. Según los reportes de algunas víctimas, hay quienes reciben ofertas de hasta cinco millones de pesos por permitir la extracción de sus óvulos en el país mismo; a otras se le propone de viajar a destinos tan lejanos como Japón, pero luego del procedimiento son obligadas a la prostitución.

Fuente: Agencias
Fonte:
Redazione 'Terrelibere'

30 noviembre, 2004

Día de No Violencia contra mujeres marcado por muertes en Ciudad Juárez

Día de No Violencia contra mujeres marcado por muertes en Ciudad Juárez
- Tuesday, November 25, 2003 hora 21:44


Un grupo de niños pasa entre de diez cruces que recuerdan a igual cantidad de mujeres encontradas muertas entre 1998 y 2000 en Ciudad Juárez. (Foto: AFP)


AFP
MÉXICO, 25 nov. - México conmemorará de forma particular hoy el Día Internacional de No Violencia contra las Mujeres, una fecha discreta en el calendario de Naciones Unidas pero que en Ciudad Juárez suscita especial relevancia tras la muerte de centenares de jóvenes en los últimos diez años.

Al menos un centenar de madres y activistas de Ciudad Juárez y Chihuahua, pertenecientes a diversas Organizaciones No Gubernamentales, han convocado marchas en esta ciudad fronteriza con Estados Unidos, en la capital mexicana y en otros países para recordar las 326 mujeres asesinadas desde 1993, contabilizadas por las autoridades, o las más de 370 que cita Amnistía Internacional (AI).

“Hablaremos con el presidente Fox y le insistiremos en que la impunidad prevalece, necesitamos que desde el más alto nivel nos responda el gobierno”, dijo Alma Valverde, líder de la organización “Mujeres de Negro”.

Alrededor de 30 personas, la mayoría madres de las llamadas “Muertas de Juárez”, se reunieron en la ciudad de México con el secretario de Gobernación (Interior), Santiago Creel, y con la Comisionada para prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres en Ciudad Juárez, Guadalupe Morfín.

El caso de las “Muertas de Ciudad Juárez” ha provocado la atención internacional sobre esta localidad a 1 mil 800 kilómetros al noroeste de Ciudad de México.

En la capital, el grupo más numeroso de madres tiene previsto marchar hasta la residencia presidencial, señalaron las organizaciones “Justicia para Nuestras Hijas” y “Mujeres de Negro”.

326 asesinatos, un sentenciado
Diez años después de que apareciera el primer cadáver en un descampado de esta ciudad, en enero de 1993, solamente hay un sentenciado en firme, un ciudadano egipcio, Abdel Latif Sharif, acusado de varios asesinatos y finalmente condenado por el de una joven.

En noviembre de 2001, calificado como el episodio más macabro de la serie de muertes en Ciudad Juárez, aparecieron ocho cadáveres de mujeres en una zona desértica del lugar.

Por esos homicidios, que impactaron a la opinión pública mexicana, fueron detenidos dos chóferes en Ciudad Juárez, uno de ellos falleció en febrero de este año en la cárcel.

No hay más inculpados por los crímenes en serie, aunque la Procuraduría estatal reconoce que hay índices de violencia y abuso sexual similares en 92 de los casos.

El resto, es decir el 72 por ciento de los asesinatos que reconocen las autoridades estatales de Chihuahua, fueron crímenes aislados, sin conexión entre sí, asegura un contrainforme oficial.

Sin embargo, el estudio de la CNDH constata, tras 11 meses de investigación, graves errores y omisiones en las investigaciones de esos más de tres centenares de asesinatos.

Las sospechas de investigadores independientes continúan apuntando, una década después de los primeros crímenes, a una “mano o manos comunes” en al menos 130 de los asesinatos, según cifras de AI.

Durante la reunión con el secretario de Gobernación, los familiares abordaron el tema del tráfico de órganos como una de las hipótesis del móvil de los cientos de asesinatos.

“El tráfico de órganos lo estarían llevando a cabo personas profesionales que han estudiado medicina, de manera que preparan los cuerpos para que se descompongan rápidamente (cuando se les encuentra), se trata de bandas muy bien organizadas”, relató Alma Valverde.

Investigaciones rudimentarias
“El ambiente está muy tenso, porque dicen en la Procuraduría que todos los casos ya están resueltos, algo que rechazamos”, explicó a su vez en Ciudad Juárez, Esther Chávez Cano, directora de un refugio de atención a las víctimas de la violencia, “Casa Amiga”.

Alma Gómez, de “Mujeres de Negro”, acusó que las investigaciones son totalmente rudimentarias, y que al parecer hay detrás un fuerte poder. Gómez asegura que, en lo que va del año, en Chihuahua, capital del estado, han aparecido 7 mujeres asesinadas con las mismas características de violencia extrema.

Las ONG's locales denunciaron la semana pasada una presunta campaña de hostigamiento por parte de las autoridades, y pidieron que continúe el escrutinio internacional, al mismo tiempo que anunciaron manifestaciones en México y actos en Europa y Estados Unidos.

En los últimos meses, una delegación de expertos de Naciones Unidas viajó a Ciudad Juárez a invitación del gobierno federal, así como un grupo de congresistas estadounidenses, que reclamaron el fin de semana pasado que el caso de las “Muertas de Juárez” pase a formar parte de la agenda binacional entre ambos países.

23 noviembre, 2004

El tráfico de órganos, una realidad en Nampula

Las Siervas de María llegaron a Nampula, en Mozambique, para atender y educar a los niños desfavorecidos. Ahora luchan para que las mafias internacionales no maten a estos pequeños ni trafiquen con sus órganos.

La monja turolense Juliana Calvo, de 61 años, se ha propuesto liderar un movimiento internacional para denunciar el tráfico de órganos y seres humanos, tras vivir de cerca, en Mozambique, las dos vertientes de un "submundo degradante o degradado", que, en parte gracias a su valentía, ha pasado del ámbito de la rumorología, los sueños o el cine al de la justicia y la política internacional.

Están en juego su vida y la de sus hermanas de la comunidad, por delatar casos y personas concretas, aunque asegura que "no he abandonado ni abandonaré el país. Estoy dispuesta a morir, no tengo problema".

Hace dos años la hermana Juliana, superiora del monasterio que las Siervas de María tienen desde hace 31 años en Nampula, al norte de Mozambique, conseguía llamar la atención de la prensa internacional y que se pusieran en marcha varios procesos judiciales por tráfico de órganos. Y aunque no confía en los resultados, continúa con su lucha.

En su última visita a Europa, para recibir el Premio Mundo Negro a la Fraternidad 2004, otorgado por los Misioneros Combonianos, ha llevado su denuncia por diversos foros: Salamanca, Valladolid y el Parlamento italiano, entre otros.

Sor Juliana no se amedrenta al emplear expresiones como "carnicería organizada, casas de engorde de niños o trailers cargados de órganos" para describir lo que ha conocido en los últimos años en Nampula, tras seguir los pasos de las mafias organizadas que operan en la zona, muy cerca del centro en el que su congregación se encarga de atender y educar a pequeños desprotegidos.

Cadáveres vacíos
De las primeras desapariciones que se comenzaron a oír de forma esporádica en 1996 se ha pasado a "un continuo goteo de cadáveres vacíos y niños desaparecidos desde 2001".

Sor Juliana ha narrado un ejemplo significativo: "Sólo entre septiembre y diciembre de 2003, la radio de la zona anunció la desaparición de 52 menores, sin contar los casos de las familias que no tienen medios para costear el anuncio y la desaparición de unos cien niños de la calle". Como autores de estos crímenes, la hermana Juliana apunta a mafias internacionales unidas al tráfico de armas y drogas.

El caso de los órganos "es el más lucrativo de todos" y tiene un doble operativo. Por un lado, secuestran a pequeños que viven en la calle o que aun teniendo familia se dedican a la venta ambulante en caminos o carreteras. Por otro, hay nativos que se dejan seducir por las suculentas cifras que ofrecen las mafias.

El precio de un niño, según Sor Juliana, está en torno a los 4.000 euros (unos 80 millones de meticales, la moneda del país). "Los cuerpos más valorados son los de edades comprendidas entre los 12 y 16 años: es frecuente que aparezcan enterrados y con el cuerpo vacío".

Problema internacional
Los traficantes pertenecen a distintas nacionalidades, entre las que destacan "brasileños, sudafricanos, jóvenes nativos y blancos que aún no están muy bien identificados", ha señalado la religiosa, convencida de que "son muchos los países implicados en este tráfico con seres humanos". En este sentido, ha explicado que existen varios corredores. Entre ellos ha resaltado Brasil, Sudáfrica e Israel. Los fines de estos "crímenes organizados y protegidos son diversos, desde la adopción hasta el turismo sexual, pasando por los trasplantes de órganos, las investigaciones científicas y las prácticas de magia o de sectas satánicas".

Los estrictos controles que rigen la donación y el trasplante en muchos países desarrollados, según ha indicado la religiosa, nada tienen que ver con las normas de otros países, en los que a las mafias "no les cuesta nada montar quirófanos, disponer de personal sanitario o utilizar para fines delictivos hospitales o clínicas".

Sus denuncias no responden a oídas, sino que ha asegurado que están basadas en lo que su comunidad ha vivido muy de cerca desde el 2001. Ese año llegó a la zona un matrimonio integrado por un irlandés y una danesa, procedentes de Sudáfrica. "Compraron 300 hectáreas con la excusa de montar algún tipo de industria agroalimentaria, pero enseguida nos dimos cuenta de que ésos no eran los fines. La casa se convirtió en un ir y venir constante de coches y de reuniones nocturnas".

Los terrenos de los nuevos vecinos curiosamente están situados junto a un aeropuerto. "En una de las pistas, que habitualmente no se utiliza, veíamos cómo aterrizaban y despegaban avionetas por la noche. En un principio pensábamos que se trataba de droga. Entregamos las matrículas de los vehículos a la policía, pero no nos hicieron ni caso".

Poco después, y en el terreno de las religiosas, apareció el cadáver de una joven de unos 15 años completamente abierta y vacía. Era el comienzo de una escena que se iba a repetir con frecuencia, siempre con un inconveniente añadido: "La indiferencia de las autoridades políticas y policiales, que se negaban a investigar. Nos acusaban a nosotras de inventar bulos e historias y decían que la gente hablaba mal de los extranjeros para evitar su entrada en el país".

Altas esferas
Ante la indiferencia local, la hermana Juliana y su comunidad iniciaron un movimiento de denuncia ascendiendo de estamento en estamento, hasta llegar a la Presidencia de Derechos Humanos en Mozambique y al Fiscal General del Estado. El resultado hasta el momento ha sido la emisión de un informe oficial en el que el fiscal ha asegurado que "el tráfico de personas y órganos es una realidad, no sólo en Nampula, sino en todo el país".

Además, se han abierto más de diez procesos judiciales, uno de ellos contra el matrimonio vecino de las religiosas.


DIARIO MÉDICO

12 noviembre, 2004

30giorni

MOZAMBIQUE. Niños secuestrados y asesinados para el tráfico internacional de órganos
La matanza de los inocentes

El número de menores de edad que cada año termina en la red de los traficantes de “mercancía humana” en el Continente negro está asumiendo proporciones espantosas y supera en beneficios el tráfico de armas. La denuncia de los religiosos del país africano

por Giovanni Ricciardi

Ha tenido que correr sangre misionera para que se rompiera el velo que cubría la tragedia de Mozambique. Doraci Julita Edinger, de 53 años, misionera de la comunidad evangélica luterana de Brasil, que desde hacía seis años vivía en el país africano, fue bárbaramente asesinada a martillazos el pasado 21 de febrero. Era un destino anunciado. Con las religiosas del monasterio Mater Dei de las Siervas de María había denunciado los casos cada vez más frecuentes de desapariciones de niños y adolescentes en Nampula, en el norte de Mozambique. Donde, desde hace dos años, en el silencio de la prensa internacional e incluso de las Organizaciones No Gubernamentales, tiene lugar una verdadera “matanza de los inocentes”.
Un grupo de niños de la calle huéspedes de la casa de acogida que las religiosas combonianas tienen en Nampula
Los niños de la calle son un fenómeno común de muchos países del Tercer mundo, pero su explotación en este paupérrimo rincón de África está alcanzando dimensiones horribles, sobre todo porque, además de la prostitución y de la esclavitud, hay un tráfico internacional de órganos. La muerte de la religiosa ha impulsado a la “red” misionera de Mozambique a tratar con todos los medios de romper el silencio que hasta hace pocas semanas cubría el caso.
El número de los menores de edad que cada año terminan en la red de los traficantes de “mercancía humana” en África ha llegado a proporciones espantosas y supera en beneficios al mismo tráfico de armas. Y Mozambique, al igual que muchos países del África austral, están en el centro del fenómeno. A partir de 2003 las desapariciones de menores se han multiplicado en Nampula y en las zonas rurales del alrededor. Y, con ellas, el hallazgo de cuerpos mutilados y sin órganos. Es emblemático el caso de Sarima Iburamo, una niña de 12 años desaparecida el 12 de octubre de 2002, cuyo cuerpecito destrozado fue hallado por Rufina Omar, la reina de la tribu de la zona de Nampico, en los alrededores de la ciudad. Pero de desapariciones y tráfico de órganos los misioneros hablaban desde hace tiempo. Doraci Edinger dio la alarma en 2001. Además de la misionera asesinada y de la laica consagrada Elilde dos Santos, brasileña, las religiosas del monasterio Mater Dei han recogido numerosísimos testimonios de secuestros, desapariciones y macabros hallazgos. El padre Claudio Avallone, de la orden de los Siervos de María, cuenta que, desde hace un año, «los niños desaparecidos son más de 120. Sobre todo chicos de la calle que vivían en el mercado, alrededor de la catedral y en otros dos lugares cercanos. A la comida de Navidad, preparada como todos los años por la orden hospitalaria de San Juan de Dios, vinieron sólo 15 muchachos de los 95 que esperábamos». Moisés, pastor evangélico luterano, «el año pasado se ocupaba de más de 150 muchachos de la calle ofreciéndoles comida, vestidos, cuadernos para la escuela: desde enero puede ocuparse sólo de 9».
Son muchas las cosas que el padre Claudio ha visto con sus ojos. «Un anciano señor, Pastola Cocola, me hizo de guía para visitar las tumbas donde están enterrados una mujer, un hombre y dos niños, hallados por la población sin órganos internos. Los cadáveres antes de ser enterrados se quedan pudriendo donde los autores del crimen los arrojan. La población no avisa a la policía porque quien comunica el hallazgo de un cadáver es considerado automáticamente sospechoso y lo interrogan durante días y días: casi una tortura psicológica. He hablado con las religiosas y con muchas personas que han visto cadáveres sin ojos y sin órganos, con padres que aún esperan encontrar a sus hijos desaparecidos».
La policía local archiva estos casos atribuyéndolos a usos tribales y a la brujería. El 13 de septiembre de 2003, la archidiócesis de Nampula envió una denuncia, firmada por el arzobispo Tomé Makhweliha, el rector del Seminario interdiocesano de la ciudad y las religiosas presentes en el territorio, a la Conferencia episcopal de Mozambique y ésta la mandó inmediatamente al presidente de la República Joaquim Chissano. Una denuncia detallada, con nombres y apellidos, ante la cual las autoridades nacionales se demostraron por lo menos desconcertadas. Así que se ha sugerido la hipótesis de que las autoridades eclesiásticas querían instigar a la población contra el gobernador de la provincia de Nampula, que es musulmán.
El hecho es que las religiosas del monasterio Mater Dei acusan abiertamente a un hombre, Gary O’Connor, surafricano de origen irlandés, y a su mujer danesa Tanja Skitte, de ser el coordinador de una red de traficantes que secuestran a los niños y los tiene encerrados hasta el momento del homicidio y de la extirpación. O’Connor, O Branco, el Blanco, como le llama con temor la gente del lugar, expulsado hace años de Zimbabue, es el propietario de una hacienda de trescientas hectáreas lindante con el monasterio de las Siervas de María. Oficialmente es una granja que se dedica a la cría de pollos, pero según las religiosas es sólo una tapadera. Desde una pista privada de la hacienda despegan a menudo aviones con dirección a Suráfrica, país donde se cruzan los caminos de este tipo de tráfico. Las ciudades surafricanas de Durban y Pietermarizburg son los lugares donde se realizan materialmente los trasplantes para todos los que, desde Europa y América, pueden permitirse los gastos para conseguir un órgano de “encargo”. A finales de 2003 la policía surafricana acabó con una red de traficantes de órganos que usaba un hospital privado de Durban, el Saint Augustin Hospital. En este caso los “donantes” de órganos, reclutados en las provincias más pobres de Brasil, se sometían voluntariamente a la extirpación de un riñón por cifras en torno a los tres mil dólares. La organización les pagaba el viaje y servicio, pero al parecer el “mercado” mozambiqueño está más cerca y es menos caro.
Ahora, después de la muerte de la misionera brasileña, se teme por las religiosas presentes en Nampula. De modo que el Consejo permanente de la CIRM, la Conferencia de los Religiosos y de las Religiosas de Mozambique, publicó el pasado 29 de febrero un documento oficial, con el que hace suya la denuncia de las religiosas y solicita la intervención de la comunidad internacional. El documento está firmado por los responsables de las nueve congregaciones presentes en Mozambique.
En cuanto a O’Connor, el surafricano se declara inocente y víctima de una maquinación urdida, según él, por “mandamases” de la Iglesia católica y por las monjas, para quitarle la tierra –como decía antes, el monasterio Mater Dei linda con la hacienda de O’Connor– y sacar dinero.
De izquierda a derecha, sor Angelina Zenti, responsable de las sesenta combonianas que están en Mozambique, sor Juliana, priora del convento Mater Dei de las Siervas de María, y Elilde dos Santos charlando con una joven de Nampula
El fiscal general Madeira, que el 2 de febrero negó públicamente la existencia del tráfico de menores y de órganos, en los últimos días declaró, en cambio, que el tráfico existe, que su gestión está en manos de una red internacional y que se han encontrado niños secuestrados en las ciudades de Nacala y Nampula. Mientras en la prensa internacional, sobre todo portuguesa, pero también española y francesa, la noticia corría –El País se ocupó el 11 de marzo, el día de la matanza de Madrid, pero también Le Monde y la BBC dieron espacio a la noticia–, en Italia los grandes medios de comunicación parecen ignorar el caso. Las únicas excepciones son la investigación publicada por Lorenzo Sani en el periódico Il resto del Carlino y el espacio que el programa de radio “Zapping” le concedió al padre Benito Fusco de los Siervos de María, que está tratando de crear interés en torno al caso y sacudir a la opinión pública internacional. Una campaña que comienza a dar frutos. El ministro de Asuntos Exteriores italiano está haciendo presiones ante el Gobierno de Mozambique para aclarar el caso: los fondos para los proyectos de cooperación y desarrollo han sido congelados. «Nuestro embajador», declaró el ministro Frattini, «ha recibido, personalmente de mí, el mandato de estar constantemente en contacto y de adquirir información constante sobre el desarrollo de las investigaciones, porque el Gobierno italiano no quiere dejar nada por intentar en la exploración que se está haciendo». Y añadió: «No cabe duda de que para aclarar el perfil de esta historia hace falta una investigación seria y detallada. La hemos pedido con fuerza, por vías oficiales, al Gobierno de Mozambique. En una materia tan delicada no puede haber dudas. Si por una parte se dice que las denuncias no están demostradas, que hasta ahora carecen de pruebas, por la otra hemos subrayado que a nosotros esta respuesta no nos basta. Y se lo hemos dicho al fiscal general de Mozambique: los órganos judiciales y de policía del país africano deben dar una prueba convincente y segura de que todo esto no es verdad. No se puede pensar que un caso como este se resuelve pidiendo el tributo de la prueba a quien ha hecho la denuncia».
Una Comisión parlamentaria mozambiqueña estuvo en los últimos días en Nampula para comprobar la consistencia de las acusaciones. Y el 24 de marzo los religiosos de Mozambique llamaron de nuevo la atención sobre el caso, invitando a todos al ayuno para denunciar la “matanza de los inocentes” de Mozambique y de todo el Tercer mundo, en el aniversario del «martirio», dice el documento del CIRM, de monseñor Óscar Romero.


30giorni

ONU

Tráfico de órganos. Según un informe de las Naciones Unidas , se ha confirmado la existencia de este tráfico en Argentina, Brasil , Honduras, Méjico y Perú, en su mayoría con destino a compradores alemanes, suizos e italianos. En Argentina ha habido casos de retirada de córneas de pacientes a los que se les declaro muerte cerebral después de haber falsificado exploraciones cerebrales. El problema parece ser serio en Rusia, debido a los miles de cuerpos no reclamados que van a parar a los depósitos de cadáveres: en 1993 se informo que una compañia de Moscu había extraído 700 órganos importantes, riñones, corazones y pulmones, 1400 hígados, 18.000 timos, 2.000 ojos y mas de 3000 pares de testículos, todos destinados a clientes que pagaban un precio elevado: Importantes hospitales de todo el mundo.

ARGENTINA

INFORME DE LA BBC, CADENA PRESITIGIOSA BRITÁNICA

¿Qué se oculta tras los trasplantes de órganos?
La eminente Dra. Adriana Alicia Baretta expone sobre el controversial asunto del tráfico de órganos y plantea importantes consideraciones.


"El negocio de las partes del cuerpo"

Bruce Harris, BBC, U.K., 1993

En noviembre de 1993 la BBC de Londres emitía un estremecedor informe que mostraba el tráfico de órganos en el mundo. En él se dedicaba casi media hora al caso argentino en esta problemática. Aún cuando algunas de las denuncias dieron lugar a medidas paliativas que se llevaron a cabo con resultados disímiles, los interrogantes continúan vigentes: es más, nos remontan a varios lustros atrás, cuando se produjo la desaparición nunca esclarecida de la Dra. Giubileo mientras se desempeñaba en el ahora tristemente célebre Instituto Psiquiátrico Montes de Oca. A pesar del tiempo transcurrido, ya entonces se intuía que su desaparición estaba ligada al tráfico de órganos.


El “caso argentino” tuvo como uno de sus ejes la investigación llevada adelante en 1992 al entonces director del Montes de Oca, Dr. Florencio Sánchez. El Dr. Sánchez murió poco después en prisión sin decir jamás cual había sido su rol dentro de toda esta locura.

El otro eje está constituido por la investigación al Cadaic (Consejo Asesor de Ablación e Implante de Córdoba) , cuyo director, el Dr. Edgar Enrique Lacombe, fue arrestado, luego dejado en libertad y sigue trabajando. El dice que las irregularidades fueron nada más que errores administrativos.

cristiandad.org

COLONIA PSIQUIATRICA MONTES DE OCA BUENOS AIRES

Marcelo Ortiz, de catorce años, era discapacitado. Fue internado por su familia, debido a su pobreza y a la imposibilidad de atenderlo, en el Montes de Oca. Tiempo atrás, recibió un telegrama del antiguo director, el Dr. Florencio Sánchez, en donde decía que Marcelo había escapado, dejando voluntariamente la Colonia. Pero Marcelo era parapléjico, por lo que jamás podría haber huído.

El cuerpo mutilado de Marcelo fue encontrado durante una investigación. Sus ojos habían desaparecido. Este caso y otros pusieron al Gobierno Nacional frente a la decisión de iniciar una investigación dirigida por Horacio Esbert, abogado del Ministerio de Salud.

Testimonio de Horacio Esbert: “Básicamente a partir de gente que trabajaba allí, se empezó a tomar conocimiento de que había tráfico de córneas; que las córneas eran extraídas de pacientes que morían y que tenían a sus familiares muy lejos y que no retiraban los cuerpos” (¿Corneas extraídas de cuerpos con varios días de muertos?...)

Se verificaron irregularidades de todo tipo. Toda la sociedad quedó shockeada al descubrir a muchos pacientes desnudos, cuyo alimento diario era literalmente basura. La totalidad de los pacientes eran enfermos mentales, y muchos de ellos niños.

Además, se descubrió una mafia involucrada en el tráfico de bebés, de sangre y de córneas, todas consentidas por el Dr. Sánchez.

La cantidad de muertes en la Colonia es asombrosamente alto, y las causas que figuran en los registros de estas muertes son absolutamente diferentes a las causas que figuran en los archivos personales de los pacientes. Según los registros, el 20% de la población de pacientes, muere o “desaparece” (como Marcelo) cada año. Ningún miembro del personal quiso hablar de lo que pasaba. Y los testimonios de los pacientes (psiquiátricos) no son legalmente admisibles.

El juez Federal Héctor Heredia se hizo cargo de esta investigación. A la pregunta que se le realizó sobre cual era la cantidad de córneas manipuladas, contestó: “De más de trescientas desde el año 1979 hasta 1983/1984. Quizás un poco más. Me han entregado una copia del testimonio del Sr. Santini, quien trabajó ahí, en la Colonia, por más de diez años, en donde dice cómo fue enseñado por el Dr. Sánchez a sacar las córneas de los pacientes en la morgue del establecimiento. El testimonio de Santini dice que él removía las córneas con una cucharita de café y que estaba orgulloso porque nunca había roto una córnea.”

Se le preguntó al Dr. Horacio Esbert si él creía que en el país había una red traficando ilícitamente con órganos, a lo que respondió: “

Más que una red hay en todo el país grupos que se dedican al trasplante de órganos y dentro de estos grupos sin lugar a dudas hay gente inescrupulosa que se dedica al tráfico y sin lugar a duda esta gente es peligrosa.

”CONSEJO ASESOR DE ABLACIÓN E IMPLANTES DE CÓRDOBA (CADAIC)

Armando Calero, de nueve años de edad, murió en junio de 1992: golpeó su cabeza al caer en el patio de su escuela. Su familia escuchó en el Hospital de Urgencias la discusión entre dos médicos sobre que una simple operación podía salvarlo. Esta intervención nunca se realizó; el chiquito cayó en coma y fue puesto en un respirador. El Dr. Lacombe le mostró a la madre un electroencefalograma plano, diciéndole que el niño estaba muerto, y le insistía en que donara sus órganos; pero la madre dice que estuvo mirándolo todo el tiempo y que el encefalograma nunca se lo hicieron: “Yo me negué (a donar los órganos) porque mi hijo seguía mostrando signos vitales; él daba vuelta la cabeza cuando sentía mi voz, tenía una temperatura normal y además movía sus brazos y sus piernas, por lo tanto ví que no tenía muerte cerebral y por lo tanto no podía donar sus órganos (...) A pesar de que le quitaron el apoyo médico mi hijo vivió tres días más, y nosotros presionados para que donáramos los órganos...”

Este y otros casos fueron a un proceso en los Tribunales Federales de Córdoba. Veintidós médicos de diferentes hospitales fueron investigados por un equipo bajo las órdenes del Juez Luis Rueda, quien testimonió: “Como Juez puedo decir que las investigaciones hasta este momento han encontrado serias irregularidades en el sentido de la manera y el momento en que se declara la muerte clínica o la muerte cerebral del paciente y cómo las ablaciones de los órganos son hechas fuera de las normas que manda la ley. Como ciudadano y por las investigaciones que se han llevado a cabo en otras partes del país, podría decir que hay involucrado tráfico de órganos.”

Según Bruce Harris (BBC), el Doctor Eduardo Gasparini (médico forense que trabaja con el Departamento de Justicia) le mostró los registros médicos. En éstos figuran tres casos en los que los chicos están técnicamente vivos y aún así los doctores les sacaron sus órganos. El Dr. Gasparini dice “Hasta el momento no han podido demostrar que (estos pacientes a los que se le sacaron los órganos) tuvieran muerte cerebral. Aquí tenemos por ejemplo este caso que muestra un solo EEG, pero ese electro muestra que todavía había actividad cerebral”

En otro caso se le realiza un EEG y da plano, pero dos horas más tarde esa persona estaba respirando e incluso movía un brazo, pero alguien tomó el libro y anotó que esa persona estaba muerta.

El Sr. Harris pidió ver el caso del niño Armando Calero. La asistente del Dr. Gasparini dice: “ Bueno, en el caso del niño Armando Calero vemos que aunque la persona se niega rotundamente a donar los órganos, vemos la prescripción del médico de mantenerlo medicado con bolamina para incrementar la posibilidad de hacer la ablación de sus órganos. Esto fue prescripto por el Dr. Lacombe.”

Alejandra Escribano es enfermera y trabajó en el CADAIC casi cinco años. En su testimonio dice que los EEG se le aplicaban a pacientes que tenían suministradas drogas que deprimen los signos vitales del sistema nervioso (y pueden llegar a dar un electro plano), y que además, las perillas de la máquina utilizada en los EEG también eran alteradas. Ella dice “Para evitar que una onda cerebral pequeña se vea en un electro se manipulaban los aparatos y con una perilla se modificaba la amplitud de onda que registraba el aparato.”

Bruce Harris: “¿Ud. dice que se hacía mentir a la máquina para mostrar que ya no había actividad cerebral cuando en efecto sí la había?”

Alejandra Escribano: “En efecto.”

En Argentina hay un Instituto que coordina la distribución de órganos, el Incucai (Instituto Nacional Central Unico Coordinador de Ablación e Implante). Un incendio repentino destruyó mucha evidencia que resultaría vital. Los registros que se salvaron del incendio mostraron los archivos de cuatro personas que habrían tenido un trasplante y a quienes nunca se les practicó dicho trasplante y que los órganos que deberían haber ido a tales personas fueron a Hospitales Privados.

El Dr. Edgar Enrique Lacombe fue procesado como supuesto autor de abuso de autoridad en 66 hechos en forma continuada. Con los aportes del médico forense Eduardo Gasparini y mediante el análisis de más de doscientas historias clínicas, el juez Luis Rueda llegó al convencimiento de que habría semiplena prueba en contra de Lacombe, quien habría dirigido y autorizado la ablación de los órganos cuando las condiciones técnicas y científicas no eran las determinadas por la ley de trasplantes que regía entonces. Posteriormente el caso pasó a manos del Juez Ricardo Bustos Fierro, quien elevó las actuaciones a la Cámara Federal para que resolviera la apelación planteada contra el procesamiento de Lacombe. Con dos votos a favor (Gustavo Becerra Ferrer y Leon Feith) y uno en contra (Humberto Aliaga Yofre), la Cámara resolvió revocar el procesamiento de Lacombe, quien así fue puesto en libertad de prisión preventiva.

Becerra Ferrer expresó sus profundas discrepancias con el Juez Rueda ya que a su juicios, si bien existen en las historias clínicas “un serio desorden administrativo generalizado” las pruebas reunidas en la investigación no fueron suficientes para fundamentar el procesamiento del médico con el grado de probabilidad requerido por la ley en esta etapa.

Por su parte Aliaga Yofre puntualizó “la realidad irrefutable contenida en todas las historias clínicas habla por sí misma y revisten en todos las casos tenidos en cuenta por el entonces Juez del Juzgado Federal, un cúmulo impresionante de anomalías, en algunos casos tan ostensibles que me autorizan a ubicarlas como colindantes con lo burdo, insolente e irreverente.”

El criterio legal que se impuso fue el de atribuir el incidente jurídico a meras “irregularidades” administrativas.

Sin embargo, el criterio común que se impone es el de que, a pesar de las reiteradas negativas al respecto, fundamentadas incluso con “racionalismos” aparentemente “irrefutables”, el tráfico de órganos existe.

Veamos algunos de estos razonamientos:

1) “Es imposible el tráfico de órganos por problemas de histocompatibilidad”. Es probable que no pueda satisfacerse una demanda aislada; pero cuando existe una inmensa demanda de órganos, como ocurre en la actualidad; tanta, que es perfectamente viable que un donante sea compatible histológicamente, respecto a todos sus órganos, a diversos receptores en lista de espera; entonces, la afirmación de que es imposible por dicho motivo, se torna infantil, ya que por donante podemos entender, tanto al que lo es por consentimiento con posterioridad a su muerte, como al que lo es por obligación por asesinato. Por otra parte, es necesario recordar que las córneas son órganos que no presentan problemas de compatibilidad; por una gran ironía, es también un órgano “visible”, por lo que es difícil extraer las corneas a trescientas personas (caso Montes de Oca) y dejar a las mismas personas a la vista de cualquier familiar.

2) “Es imposible el tráfico de órganos por la gran cantidad de personas que deberían estar implicadas (equipos médicos completos, de varias instituciones, equipos de transporte, etc.)”. Esto es fácilmente refutable, puesto que actividades ilícitas, como el aborto en Argentina, se llevan adelante con la complicidad de muchas personas en clínicas privadas afamadas. Las personas en desacuerdo, son fácilmente acalladas mediante despidos, intimidación, compra, o incluso desaparición y muerte (Recordar caso de los empleados de la Colonia Montes de Oca, que callaron de manera cómplice, y de la Dra. Giubileo, que desapareció en los comienzos de la época de los trasplantes y trabajaba precisamente en la misma Colonia).

Lo lamentable de todo esto, es que las personas somos cada vez más reacias a constituirnos en donantes, y los familiares de los enfermos terminales dudan igualmente. Es sumamente necesario que los gobiernos instrumenten medidas eficaces y eficientes para frenar el tráfico de órganos y proteger las vidas de todas las personas: tanto las que necesitan un trasplante como las que son posibles donantes.

Es probable que la posibilidad de efectuar trasplantes no deba estar en manos de instituciones privadas, sino sólo de hospitales públicos. También sería aconsejable que se crearan comisiones varias para fiscalizar a instituciones como el Cadaic (provincial) y el Incucai (nacional), con operativos frecuentes e investigaciones de oficio