20 febrero, 2008

USA - Traficantes que robaban órganos en funeraria

Aplazan juicio en Nueva York a traficantes que robaban órganos en funeraria

NUEVA YORK, 20 Feb 2008 (AFP) - Un dentista acusado junto al dueño de una funeraria y otros dos cómplices de robar órganos a más de 1.000 cadáveres compareció el miércoles en Nueva York para una audiencia sobre un caso macabro comparado por los fiscales con una "película de horror clase B".

Michael Mastromarino, el principal acusado en este caso de extirpación ilegal y tráfico de órganos, compareció esposado pero fue rápidamente retirado de sala al postergarse la sesión por una semana.

El fiscal pidió un tiempo adicional para reflexionar sobre la situación de los allegados a las víctimas de este macabro caso y la audiencia fue aplazada hasta el 27 de febrero.

Mastromarino, un dentista de 44 años, actuó en complicidad con el dueño de una funeraria en Brooklyn, Joseph Nicelli, y otros dos hombres, Lee Crucetta y Christopher Aldorasi.

El fiscal de Brooklyn Charles Hynes describió con detalles cómo los acusados reemplazaban lo extirpado con tubos de PVC en los cadáveres, para no levantar sospechas durante el funeral. También embalsamaban los cuerpos con los guantes y la vestimenta quirúrgica que habían utilizado durante la disección, aseguraron los investigadores.

Mastromarino, propietario de una empresa en Nueva Jersey (este) de venta de tejido celular para implantes quirúrgicos, habría embolsado millones de dólares con el tráfico de órganos, añadieron.

Según los documentos de la pesquisa, las actas de defunción eran redactadas por la banda, que incluían en ellas el consentimiento para la donación de órganos de 1.077 fallecidos, de quienes también se falsificaron edades y fechas de muerte.

Los cuatro hombres se habían declarado inocentes en 2006 de profanación de sepultura, robo de órganos, disección ilegal y asociación para delinquir, cargos por los que podrían ser condenados de por vida.

Sin embargo, Mastromarino estaría ahora dispuesto a declararse culpable a cambio de una reducción de la pena, indicaron sus abogados. Un acuerdo con la fiscalía lo enfrenta a una pena de 18 a 54 años de prisión en vez de la cadena perpetua a la que podría ser sentenciado.

"Mi cliente está preparado, dispuesto y puede declararse culpable de lo (que fue) acordado con la oficina del fiscal de distrito tres semanas atrás", dijo el abogado defensor Mario Gallucci a la prensa. "Aún está dispuesto a hacerlo y quiere hacerlo", aseguró.

El fiscal Josh Hanshaft dijo que si bien el trato sigue en pie, "si no se llega a definir los detalles, tendremos que ir a juicio".

Entre los más de 1.000 cadáveres profanados está el caso del veterano periodista de la BBC Alistair Cooke, fallecido en Nueva York a los 95 años de cáncer de pulmón, cuyos órganos fueron clasificados como pertenecientes a un hombre de 85 años muerto de un ataque cardiaco.

"Para los padres de los difuntos cuyos órganos o tejidos fueron revendidos, no se trata de una película de horror clase B. Es la triste realidad", deploró el fiscal de distrito.

Durante cinco años, la banda realizó ventas a clínicas especializadas en transplantes del todo el mundo. Según los investigadores, la venta de órganos, huesos y tejidos de un solo cadáver puede redituar hasta 250.000 dólares.

La investigación se disparó cuando el nuevo propietario del local de la funeraria de Nicelli denunció que el dueño anterior se había ido con el dinero de un funeral abonado de antemano. Al visitar el lugar, la Policía se encontró con una verdadera sala de operaciones en la trastienda.

1 comentario:

Anónimo dijo...

este tema es una estupidez del cadaver solo se puede sacar corneas y algun hueso,lo demas no sirve