17 febrero, 2008

Iniciativa Mundial contra el Tráfico de Seres Humanos

EUROPA/AUSTRIA - Forum contra la trata de seres humanos: “La Santa Sede alienta todo tipo de iniciativa dirigida a arrancar este fenómeno criminal e inmoral”, afirma el Arzobispo Marchetto.

Viena - “La santa Sede aprecia los esfuerzos iniciados a distintos niveles para combatir el tráfico de seres humanos, que es un problema multidimensional, uno de los más vergonzosos fenómenos de nuestro tiempo… es una terrible ofensa a la dignidad de la persona humana que la Doctrina social de la Iglesia considera como fundamento de los derechos humanos… La Santa Sede alienta todo tipo de iniciativa dirigida a arrancar este fenómeno criminal e inmoral y a promover el bienestar de las víctimas”.

Lo afirmó el Arzobispo Agostino Marchetto, Secretario del Pontificio Consejo para los Migrantes e Itinerantes, en su intervención durante los trabajos del primer Forum global para combatir el tráfico de seres humanos, que se lleva a cabo en Viena del 13 al 15 de febrero. Convocado por la “Iniciativa Mundial de las Naciones Unidas para la Lucha contra el Tráfico de Seres Humanos” (UN.GIFT), que se basa en el principio de que el tráfico de seres humanos asume muchas formas y que es necesario una aproximación unida y coordinada, la iniciativa ha reunido a 1200 expertos,legisladores, personal de policía, industriales, representantes de Organizaciones no gubernamentales y víctimas del tráfico, provenientes de 116 países.

Alrededor de 2 millones y medio son las personas en el mundo víctimas de la trata de seres humanos, que involucra a individuos provenientes de 127 países del globo, dirigidos hacia 137 estados: ellos son principalmente usados para tráfico de órganos, trabajos forzados, prostitución, así como también para adopciones y matrimonios forzados. El fenómeno se presenta asimismo en numerosas variantes, unidas frecuentemente a la inmigración clandestina, a la pedofilia y a la explotación de niños. Este escabroso fenómeno alimenta un negocio ilícito de casi 32 millones de dólares.
El Forum se ha propuesto tres objetivos: analizar los factores “reversibles” que han hecho a la gente vulnerable al tráfico de seres humanos (pobreza, violencias, marginación racial y religiosa, situaciones de conflicto y discriminación); el impacto en el tráfico de seres humanos sobre la vida de los individuos y de sus comunidades, incluyendo la violencia a la que son sometidos muchas veces, las amenazas a la salud como la del SIDA, traumas psicológicos y emocionales y estigmatización social; las acciones necesarias para eliminar el tráfico de seres humanos.

La Santa Sede ha sido siempre consciente de la gravedad del problema: en 1970 el Papa Pablo VI instituyó la Pontificia Comisión (ahora Pontificio Consejo) para la pastoral de los Migrantes y de los Itinerantes, también con el objetivo de monitorear la situación de las víctimas del tráfico de seres humanos, considerados “los esclavos de los tiempos modernos”. Diversas Conferencias Episcopales (como por ejemplo la de Nigeria, Irlanda y España), con el impulso del Pontificio Consejo, han publicado cartas pastorales focalizando estas temáticas en base a las situaciones locales. En naciones que han sufrido las violencias de largos conflictos (R.D. del Congo, Sierra Leona, Liberia), la Iglesia católica se ha ocupado de los ex niños soldados expuestos al riesgo de ser vendidos una vez dejadas las tropas armadas. Son numerosas las iniciativas partidas de las congregaciones religiosas para asegurar no sólo su integración social y económica, sino también para sanar sus heridas y apoyar su ingreso de nuevo a las familias y comunidades de origen.

“Debemos admitir que no existe ninguna solución fácil para combatir la plaga del tráfico de las personas - afirmó el Arzobispo Marchetto en su intervención -. Enfrentar estas violaciones de los derechos humanos requiere una aproximación coherente e integral, que tenga en cuenta no sólo los intereses de las víctimas, sino además el justo castigo que se debe infligir a quien se aprovecha de ellas, así como de la introducción de medidas preventivas, como aumentar el conocimiento y la conciencia y el análisis de las causas a la raíz del fenómeno, entre las cuales la dimensión macroeconómica, que no puede ciertamente ser minusvalorada”. (S.L.) (Agencia Fides 15/2/2008 - líneas 43, palabras 651)

Links:
El texto completo de la intervención del Arzobispo Marchetto, en inglés:

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