02 febrero, 2005

Entre la agonía y la esperanza


Tráfico de órganos

La pobreza extrema, la ambición y la traición son algunos componentes que juegan en este macabro lado oscuro que conforma el tráfico de órganos.



/El_Puente/organos/nicolas1.jpg

Nicolás vive en Mingir, un pueblo paupérrimo en la remota ex república soviética de Moldovia, hoy el país más pobre de Europa.

Él tiene una familia que mantener y muchas deudas que pagar. Pero hoy no puede hacer lo que hizo hace un par de años: vender el único riñón que le queda.

La ciudad de Mingir tiene hoy la dudosa distinción de producir la mayor parte de las más recientes exportaciones de Moldovia: riñones humanos.

/El_Puente/organos/mingir_ciudad.jpg

Después de pagar 200 dólares a los intermediarios y sus contactos, muchos hombres de este pueblo vuelven a casa desde Estambul, con dos mil 700 dólares en el bolsillo y la sensación de haber perdido irremediablemente su salud.

Pero no todos han dado su consentimiento. A Serghei Timus, un ingeniero cesante, le ofrecieron un "trabajo" en Estambul. Y en vez de eso terminó en una sala de operaciones desconocida donde le extrajeron un riñón. "Dijeron que comprarían mi sangre, pero me llevaron a un quirófano y parece que me anestesiaron, porque no sentí nada. Al despertar, sentí que algo faltaba dentro de mí. Me dolía todo el cuerpo y no podía levantarme. Estuve dos días con suero." -afirma Serghei-. "Después de la operación estaba asustado y furioso. Tuve una gran pelea con Nina. Pero ella lo presentó todo como un hecho consumado y me dijo: O aceptas los dos mil 700 dólares que te ofrezco o deberás salir solo de este enredo"

/El_Puente/organos/serghei.jpg

Presionado, en un país extraño, sin ningún vínculo o conocido, él debió aceptar los hechos. Pero ahora, de vuelta en casa, está muy preocupado por su salud y consiguió ser atendido por uno de los mejores médicos del Centro Nacional Renal de Moldavia.

Serghei tiene suerte: El riñón restante funciona muy bien. Pero el doctor Tanase cree que una bomba de tiempo sanitaria estallará en Moldovia. Teme que en el futuro, aquellos que vendieron un riñón sufran de presión alta e infecciones que podrían en verdadero riesgo sus vidas. Y nada se podrá hacer por ellos.

Las historias sobre tráficos de órganos en Moldavia son frecuentes y conocidas por la policía. Ellos han detectado los hilos de la red de intermediarios del pueblo de Mingir. Son dos mujeres, las dos NINAS las llaman, Nina Ungureanu y Nina Scobiola: una hace el contacto y la otra los recibe en Turquía.

/El_Puente/organos/nina_culpable.jpg

En ruta hacia Mingir, un posible vendedor de órganos, Víctor, va a tratar de encontrar a Nina Ungureanu. Una cámara oculta viaja con él. Víctor está endeudado y teme que sus acreedores le hagan daño si no les devuelve su dinero.

Víctor le pregunta a Nina cuántas personas envía en cada viaje a Estambul. A lo que ella responde que a veces hasta seis. " No, más de una, se van juntos todos en un bus. Es rutinario. Hasta hace poco la gente que iba para allá conseguía harta plata. Esto es totalmente ilegal. Pero ahora alguien ha contado todo y por eso debemos parar por un tiempo", afirma.

Seguida de cerca por los investigadores, claramente Nina no puede ayudar a Víctor. Pero éste, desesperado, por la desesperación probara suerte e irá solo a Estambul. Ella le ha dicho que en Israel pagan normalmente unos 200 mil dólares por la operación de trasplante. Por supuesto, el que vende el órgano sólo puede esperar un 1% de esa cifra, pero Víctor está lleno de esperanzas de que con eso le sobrará para pagar sus deudas y sobrevivir un tiempo más.

/El_Puente/organos/nina_victor.jpg

Víctor no quiere que nadie lo siga y el equipo periodístico debe abandonarlo cuando toma la ruta hacia Turquía.

Según investigaciones policiales, algunos pacientes turcos reciben estos órganos, pero la mayoría de ellos se usarán para trasplantar a ciudadanos israelíes. Pero las interrogantes continúan ¿ Quiénes están tras este trafico de órganos, quiénes son los intermediarios y los ejecutores?

/El_Puente/organos/doc_yusuf.jpg

Todos saben en Turquía quién es el "Capo" en el negocio de los trasplantes ilegales y ha sido muchas veces el protagonista de documentales como éste en Televisión. Él es el Dr. Yusuf Sonmez, conocido en Turquía, incluso por sus propios pares, como "nuestro propio Dr. Frankestein".


Uno de los más prestigiados periodistas investigadores lo desenmascaró por primera vez en 1997. Ugur Dundar, del programa de Tv turco "Arena".

Parte del problema es que para la legislación turca, los videos no son admisibles como evidencia. A pesar de que el Dr. Sonmez ha sido captado en transacciones secretas con los posibles vendedores y haciéndolos firmar documentos que señalan que son donantes voluntarios, todo se ha diluido. Después de que este material fue trasmitido en televisión, el Dr. Sonmez fue arrestado, investigado y luego dejado en libertad.

/El_Puente/organos/doc_yusuf_firmando.jpg

Pero en Moldavia, los testigos coinciden en que Sonmez es el médico que los atendió. Tambien Niculae fue capaz de reconocer su fotografía.

En los primeros tiempos, el negocio del Dr. Sonmez se encuadraba en los límites de Turquía, tomando a gente pobre y desesperada que quería salir de sus penurias con la venta de sus órganos. Uno de estos candidatos a " donantes" fue Mehmet Piskin, quien aceptó una oferta de 30 mil dólares por un riñón. Pero Sonmez sólo le pagó 10 mil y nunca lo volvió a ver.

En Turquía, como todos los países del mundo excepto- China e Irak -, el tráfico de órganos humanos es ilegal. Pero entonces, si la policía tiene todas estas certezas, ¿por qué no actúa?

/El_Puente/organos/stambul.jpg

Según Ayhan Mimaroglu lo que sucede es que estas redes ilegales toman todas las precauciones. "Hacen declarar a estas personas que son donantes voluntarios, sin estar sometidos a presiones y sin recibir ningún dinero. Estos papeles son firmados ante notario, constituyéndose en un documento legal."

Para las autoridades de Salud turcas, ninguna clínica privada de Estambul tiene licencia para efectuar trasplantes, pero el equipo del Dr. Sonmez sigue operativo. ¿Por qué nadie ha seguido investigándolo?

/El_Puente/organos/clinica_olegal_doc_yusuf.jpg

El casi "ingenuo" acercamiento del departamento de Salud Turco al problema fue corroborado al visitar una clínica presuntamente clausurada, donde el Dr. Sonmez había operado. Allí, el guardia dijo que el doctor acudía todos los días.

Cientos de israelitas han viajado al exterior para trasplantes renales. Comenzó cuando algunos árabes- israelitas descubrieron que podían comprar riñones a los pobres de Irak. Pero para los israelitas judíos, Bagdad no es una opción prudente. Se cree que unos 300 de ellos se operaron en Bagdad.

Uno de los primeros israelitas que viajó a Estambul para comprar un riñón y operarse con Sonmez fue Mike Levinsky. Con su sueldo, Mike no podía afrontar los 60 mil dólares que costaba la operación hace 4 años, así es que el Rotary Club local y la alcaldía hicieron una campaña para reunir todos los fondos.

/El_Puente/organos/mike_leveinski.jpg

No importa en qué país se haga el trasplante porque hoy en Israel, las compañías de seguro médico conocidas como fondos de Enfermedad (Sick Funds) están en parte financiadas por el gobierno, lo que significa que cientos de israelitas han ido afuera a hacerse trasplantes de riñón, gracias al Estado.

Siendo el país del mundo desarrollado con menos donantes propios ,comprar o vender órganos es ilegal también en Israel. Pero aún así, es confusa la posición que las personas tienen respecto a esto. Como ejemplo, el comercio de órganos en el exterior es, hoy en día, aceptado por muchos en la comunidad médica y entre los pacientes. Una encuesta hecha entre los que pacientes renales de este hospital, determinó que casi la mitad se trasplantó en el exterior- en Irak, Turquía y también en algunas clínicas privadas en los Estados Unidos- donde obviamente también es ilegal.

/El_Puente/organos/michelle_friedlander.jpg

El doctor Michel Friedlander del hospital de la universidad de Hadassa quiere que todo este negocio se legitime. "Sería un programa experimental, en los próximos dos años, permitir a los donantes que vengan y se les pague. No por el paciente sino a través del fondo de enfermedad o el gobierno. Serían donantes indirectos. Ellos no sabrán a quien se le dará su riñón y eso significa que no habrá presiones del paciente sobre el donante."

Este polémico proyecto intenta ofrecer unos 25 mil dólares a los posibles donantes para que el sistema pueda funcionar. Pero, ¿ qué piensan los que vendieron sus órganos o fueron engañados?

No hay comentarios: