08 enero, 2004

Brasil toma medidas tras desbaratar red de tráfico de órganos


Solo en Brasil, hay unas 29.000 personas que esperan un transplante de riñón, y anualmente apenas el 9 por ciento de ellas lo recibe. La situación es similar en muchos otros países. Esto ha generado un negocio internacional que beneficia a unos pocos: Son los traficantes de órganos, uno de los nuevos crímenes en la globalización.

El trafico de órganos, que para muchos no era mas que una leyenda urbana, en al menos 33 hombres de la ciudad brasileña de Recife ha dejado una cicatriz real.

Es el saldo de una banda internacional que la policía federal brasileña consiguió desbaratar.

"La cosa no funcionaba así como escuchábamos en el pasado... eso de que había personas que mataban niñitos, que extraían sus órganos y todo eso. Aquí lo que vimos es un comercio. Un comercio ilícito como el tráfico de drogas", dijo Wilson Salles Damazio, jefe de la policía federal de Pernambuco.

Ahora preso en Recife, el ex policía israelí Gedalya Tauber ha sido acusado de haber sido quien dirigía el esquema de captación de interesados en vender sus riñones, en barrios pobres de la ciudad.

Los transplantes se realizaban en una clínica de Durban, Sudáfrica. Los beneficiarios eran originarios en su mayoría de Israel y algunos de Estados Unidos, que pagaban un total de unos 100.000 dólares por la operación.

"La organización estaba muy bien estructurada. Tenían un médico, acusado de solicitar los exámenes preliminares para establecer la posibilidad del transplante. Había tres captadores, que buscaban a los interesados en vender sus órganos. Había un agente de viajes que conseguía los pasajes, y los que llamaban 'directores' que hacían la conexión entre Israel y Sudáfrica", dijo Samuel Miranda Arruda, procurador federal de Brasil.

Leonardo Gomes, de 21 años, habitante de un barrio pobre de Recife, vendió su riñón por 8.000 dólares.

Ernani Gomes, de 35, vendió el suyo por apenas 4.500 dólares.

Es el ejemplo más tétrico de la ley de la oferta y la demanda. Eran tantos los interesados en vender sus órganos, que el precio bajó.

"La necesidad me hizo hacer eso. Estaba pasando dificultades. Tenia un hijo que ahora falleció pero que en ese tiempo tenia 2 meses, que estaba enfermo. Compraba frijol y comíamos un día sí y otro no", dijo Leonardo Gomes, un desempleado.

El dinero se terminó, pero las deudas con la justicia no.

En Recife, capital de estado de Pernambuco, 28 personas responden ante la justicia por cargos de trafico de órganos, un crimen que en Brasil movió en poco mas de un año unos 4,4 millones dólares.

"En mi concepción, ellos no son criminales, son víctimas", dijo Conceiçao María Jansen, abogada de vendedores de riñones en Recife.

Los acusados de vender sus propios órganos podrían pagar con 3 a 8 años de cárcel el delito de haber vendido algo que, afirman, sólo les pertenecía a ellos.

Ahora en vez de vender agua mineral en bicicleta, Marcio Nascimento vende gas de cocina en motocicleta.

Pagó un precio caro por el cambio. Vendió su riñón por 6.000 dólares.

"En esa época necesitaba mucho dinero. El agua mineral por aquí es muy demandada pero tenia muy poca ganancia y estaba pasando dificultades muy grandes para mantener la casa, mi esposa, los hijos, solo con el agua mineral. Hasta para comer faltaba", dijo Nascimento.

Una comisión parlamentaria brasileña que también investigó el caso, concluyó que el esquema habría sido financiado indirectamente por una falla en el sistema de salud de Israel.

"La comisión consiguió avanzar y llegar a informaciones de cómo comenzaba todo esto, a partir de personas portadoras de enfermedades renales crónicas de israelíes, que tenían derecho a recibir un reembolso en la medida que eran operados y transplantados en otros países", dijo Raimundo Pimentel, presidente de la comisión parlamentaria de investigación de órganos.

El Ministerio de Salud de Israel afirma que las órdenes en ese sentido son claras.

"Transmitimos órdenes expresas a las autoridades sanitarias de que no hay que financiar la intervención quirúrgica si hay la más mínima sospecha de que la donación que alguien va a recibir en el extranjero se obtuvo por medio de tráfico de órganos", dijo Meir Broder, consejero jurídico del Ministerio de Sanidad de Israel.

Para evitar el comercio de órganos, la ley brasileña solo permite transplantes con donantes vivos que tengan un parentesco de primer grado con el beneficiario.

Un especialista brasileño condenó cualquier intento de legalizar la venta de órganos.

"Estaríamos hablando de crear un supermercado en función de lo que uno tiene desde el punto de vista financiero, con personas en los estantes donde se podría escoger el riñón de ese, el hígado de aquel y el páncreas del otro", dijo Amaro Medeiros, nefrólogo y especialista en transplantes.

La policía federal dijo que Brasil fue una "sucursal" de un tipo de tráfico de órganos que crece y seguirá creciendo, por lo menos -- según las autoridades -- mientras en los países ricos continúen muriendo personas en las filas de los transplantes y otros mueran en las filas del desempleo y de la miseria, en las naciones en desarrollo.

7/1/04 2:33:28 PM, por Noticias

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